• Enfócate en algo que te gusta. 
    Cuando hacemos algo que nos gusta, la mente está enfocada y tranquila. Por ejemplo bailar, pasear, leer, cantar….encuentra lo que más te gusta.
  • Enfoca tu mente en la llama de una vela.
    Enciende una vela y quédate ahí, con el único objetivo de mirarla sin pestañear. Cuando se cansen los ojos, ciérralos suavemente mientras continúas visualizando la llama en tu entrecejo y luego vuelves a abrirlos.
  • Mano en gian mudra cerrado. Toca con tu dedo índice la base de tu dedo pulgar y aprieta.
  • Escucha el sonido de un cuenco.
  • Enfoca tu mente en un mantra.
    Elige un mantra o una frase que signifique algo para ti y canta o repítelo durante un tiempo.
  • Lleva toda tu atención a la respiración.
    Siente el aire que entra por las fosas nasales y el aire que sale. Puede ayudarte llevar tu respiración solamente a tu abdomen. Pruébalo
  • Sé consciente de los latidos del corazón.
    Después de estar un rato enfocado en la respiración y la mente se haya aquietado, lleva tu atención a sentir la pulsación de tu corazón.
  • Cierra los ojos y visualiza una figura geométrica.
    Elige la que quieras y ponle un color. Mantén la visualización durante el tiempo que hayas decidido estar.
  • Lleva toda tu atención al entrecejo.
    Con los ojos cerrados, lleva tu mirada interna al entrecejo (el punto medio entre las dos cejas). Observa las sensaciones que te vienen en esta zona.